lunes, 24 de mayo de 2010

Esplendor de Europa: La Tercera República Francesa













Capitán Dreyfus







LA III REPÚBLICA FRANCESA

Como consecuencia de la derrota ante Prusia en la guerra de 1870, Francia sufre un retroceso en su posición internacional, aunque mostrará una enorme capacidad de recuperación a la par que se irá enraizando el régimen republicano.
EL PERÍODO DE TRANSICIÓN (1871-1879)
Es un período que manifiesta la fuerza y debilidad de los monárquicos; división entre los partidarios del conde de Chambord -nieto de Carlos X- y orleanistas que seguían al conde de París -nieto de Luis Felipe-.
Tras la guerra franco-prusiana se forma un Gobierno de Defensa Nacional en el que destacan dos grupos, los conservadores encabezados por Thiers y los radicales dirigidos por Gambetta.
Este gobierno habrá de hacer frente a la Comuna y al Tratado de Franfort con Alemania. Es la obra de Thiers, que sin embargo habrá de abandonar el poder el 24 de mayo de 1873 en favor del general Mac Mahon. Durante el mandato de éste último se hará imposible la restauración de la Monarquía ante la negativa del conde de Chambord a aceptar la bandera tricolor (octubre de 1873).
Las leyes de 1875 constituirán el entramado constitucional de la III República, caracterizado por la aceptación del sufragio universal como fuente de soberanía, un poder legislativo expresado en dos Cámaras (Senado elegido por votación indirecta y renovado por tercios cada cuatro años y Asamblea Nacional, cuyos miembros serían designados por sufragio universal de todos los franceses varones mayores de edad y que se renovaría cada cuatro años), y un poder ejecutivo vinculado a un presidente elegido por las dos Cámaras y no por el pueblo. Este presidente, aunque declarado irresponsable podía designar ministros y presidir su Consejo, al mismo tiempo que era el jefe del ejército y poseía el derecho de gracia.
Entre 1877 y 1879 se produce el ascenso de los republicanos y la caída de Mac Mahón.
REPÚBLICA E IMPERIO
A partir de 1879 se produce la instauración de un régimen republicano democrático con supeditación del Gobierno a la Asamblea.
Entre las familias políticas hay que señalar la Derecha de Gambetta formada por republicanos de orden, partidarios de una política de reformas progresivas y meditadas. En el Centro están los radicales, partidarios de la revisión de las relaciones entre Iglesia y Estado, de la reforma de la enseñanza en sentido estatal, de mejoras sociales y de democratizar la vida del país. Se caracterizan por un profundo anticlericalismo. En la Izquierda, los socialistas, divididos en varios grupos.
Es característico de esta época la debilidad de los partidos políticos, pero en el que sobresalen figuras de gran relieve. Esta debilidad implica la formación de gobiernos de coalición con la consiguiente inestabilidad. Pero bajo esta aparente inestabilidad se asienta un país próspero económicamente, de gran equilibrio social y con una eficiente administración.
Caído en 1879 Mac Mahón, se elige como presidente a Jules Grevy, representante de la burguesía de negocios y la alta intelectualidad. Como eje de la política, tras la muerte de Gambetta en 1882, actuará Jules Ferry, representante de la nueva aristocracia de la empresa y la iniciativa, fomentando la industrialización del país, mejorando las comunicaciones ferroviarias y reformando la enseñanza en sentido estatal y laico. Esto último le enfrentó a la derecha católica. En política internacional accedió al colonialismo en el norte de África (Túnez), con la aquiescencia de Alemania. El éxito de Túnez fomentó la expansión hacia el interior de Argelia, Madagascar y la presencia en el sudeste asiático (Tonkin y Annam). El fracaso colonial en Lang-Sam en 1885 provocó la caída de Jules Ferry, demasiado identificado con esta aventura colonial.
LA ÉPOCA DE LOS “AFFAIRES”
A finales de los años ochenta se produce la subida al poder de los radicales, representantes de una nueva clase social, la clase media, formada por la pequeña industria, el mediano comercio y la pequeña intelectualidad. Se produce un decaimiento de la influencia social de la vieja aristocracia de sangre (definitivamente arrinconada y sin función pública que asumir), del clero y de los viejos órganos militares.
LOS “AFFAIRES”
El “affair Wilson”. En 1887 se descubre una escandalosa venta de condecoraciones oficiales, en la que apareció mezclado un familiar del presidente de la República. De aquí que Jules Grevy, aunque no estaba mezclado en el asunto, hubo de dimitir, siendo sustituído por Carnot.
El “affair Boulanger”. El general Boulanger, ministro de defensa, expresa la corriente nacionalista y antialemana que tendrá su mejor expresión en el desfile del 14 de julio de 1886. La presión alemana hará que se le sustituya en 1887. Boulanger se convierte en director de un moviminto político conservador y antiparlamentario que conmoverá la vida política francesa en los años 1888 y 1889. Su indecisión ante el golpe de Estado y la unión de los políticos hicieron que su movimiento fracasara, consiguiendo no más de 40 diputados en las elecciones de octubre de 1889. La clave de su derrota electoral estuvo en la oposición de la Francia rural, apacible y provinciana y el miedo a sus manifestaciones belicistas y de grandes aventuras.
El “affair Dreyfus”. En 1894 un capitán de ascendencia judía, Dreyfus, es acusado de vender secretos de guerra a los alemanes y, tras un ruidoso proceso, fue condenado a cadena perpetua. Casi al mismo tiempo el presidente Carnot es asesinado en Lyon, lo que aumentó la confusión en el país. En 1898 se descubrió que varios documentos de acusación contra Dreyfus habían sido falsificados, hecho que dividió a la masa social en “dreyfusards” y “antidreyfusards”.
Otro tema de división fueron la mediadas anticlericales de Waldeck-Rousseau y sobre todo la ley de Asociaciones de Emile Combes de 1 de julio de 1901 que negaba el derecho de asociarse a más de cincuenta congregaciones.
En 1904 se prohibió a los religiosos la enseñanza. Ello dividió al país y a la ruptura, en 1905, con el Vaticano.
EL CAMINO DE LAS ALIANZAS
La idea de revancha tras la guerra franco prusiana fomentará la reconstrucción nacional y la reforma del ejército. Se aprovechará la brecha entre Rusia y Alemania, logrando, tras la visita de una escuadra francesa a la base rusa de Kronstadt en 1891, la constitución de un pacto franco-ruso. La política imperial del emperador alemán Guillermo II hará posible la alianza con Gran Bretaña. De esta manera se constituirá la triple Entente que hará frente a la Triple Alianza, constituída por Alemania, el Imperio Austro-Húngaro e Italia. Será el inicio de un enfrentamiento que desembocará en la Primera Guerra Mundial.

EL AFFAIRE DREYFUS
“Acuso al general Mercier de haberse hecho cómplice, aunque sólo sea por falta de entereza, de una de las mayores iniquidades del siglo.
Acuso al general Billot de haber tenido entre sus manos las pruebas irrefutables de la inocencia de Dreyfus y de haberlas camuflado, de haberse hecho culpable de ese crimen de lesa humanidad y de lesa justicia, con un propósito político y para no comprometer al Estado Mayor.
Acuso al general de Boisdeffre y al general Gonse de haberse hecho cómplices del mismo crimen, uno de ellos sin duda por pasión clerical, el otro quizá por esa conciencia de casta que hace de las oficinas de la guerra el arca santa inatacable.
Acuso al general de Pellieux y al comandante Ravary de haber realizado una investigación alevosa, con ello quiero decir una investigación de una parcialidad monstruosa, de la que poseemos gracias al informe del segundo un monumento imperecedero de ingenua audacia.
Acuso a los tres expertos en escritura, los señores Belhomme, Varinard y Couard, de haber proporcionado informes falsos y fraudulentos, a menos que un examen médico los considere enfermos de la vista y del juicio.
Acuso a las oficinas de guerra de haber mantenido en la prensa, en particular en L’Éclair y en L’Écho de París, una campaña abominable, para desorientar a la opinión y encubrir su falta.
Acuso, por último, al primer consejo de guerra de haber violado el derecho, condenando a un acusado basándose en un documento que se ha mantenido secreto, y acuso al segundo consejo de guerra de haber encubierto dicha ilegalidad, por orden, cometiendo a su vez el delito jurídico de albsolver a sabiendas a un culpable”
Artículo de Emile Zola publicado en L’Aurore el 13 de enero de 1898

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