lunes, 24 de mayo de 2010

Esplendor de Europa: El Segundo Reich alemán




LA ALEMANIA DE BISMARCK
El 18 de enero de 1871, durante el asedio a París en la guerra francoprusiana, se proclama en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles el Imperio Alemán en la persona de Guillermo I de Prusia, acontecimiento que supone la aparición de un gigante en la escena internacional. Culminaba así el proceso que Prusia habían iniciado con la guerra de los ducados (1863-65), pasando por la guerra contra Austria (1866) hasta terminar con la victoria sobre la Francia del II Imperio, escalones sucesivos en la difícil construcción de Alemania, en un largo proceso histórico que podemos apreciar ya en en la paz de Westfalia de 1648 con el fortalecimiento del ducado de Brandemburgo, núcleo central del futuro poder alemán, que reconstruiría el Imperio, pasando a ser el II Reich, heredero del Sacro Imperio Romano Germánico, muerto en las guerras napoleónicas en 1806.
PROBLEMAS DE LA NUEVA ALEMANIA
La nueva potencia internacional habría de hacer frente a varios problemas:
A) Étnicos. Más de diez millones de alemanes quedaban fuera de las fronteras imperiales, mientras cinco millones de súbditos del nuevo imperio pertenecían a otras etnias: polacos, daneses de Schleswig, alsacianos-loreneses.
B) Políticos. Los diferentes estados conservan sus asambleas, legislación y tradiciones, por lo que hay que encontrar fórmulas que permitan engranar una entidad política común.
C) Religiosos. Los protestantes representan el 60% de la población, pero los católicos son mayoría en regiones como Baviera y Renania. De ahí vendrá la KulturKampf o lucha por la cultura que enfrenta al canciller con los obispos católicos. El partido católico o partido del centro tendrá un fuerte protagonismo en la vida política alemana.
C) Sociales. En los estados al este del Elba susbsisten grandes dominios agrícolas y tradiciones feudales, mientras que en la Alemania central y meridional predomina la pequeña explotación familiar y en el oeste el desarrollo industrial ha propiciado una sociedad urbana con fuerte componente obrerista. De tal disparidad social derivará la dificultad para el parlamento de legislar con alcance general para todo Alemania.
Entre 1871 y 1890, Bismarck, desde el cargo de canciller, será el responsable de conjugar estos distintos intereses a la vez que interviene en la política internacional en virtud de la potencia del nuevo estado.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA DEL IMPERIO
En la organización política del Imperio hay que señalar los siguientes rasgos:
*Preponderancia de Prusia, que envía al Reichstag o Parlamento los dos tercios de los diputados, pudiendo paralizar cualquier votación en el Consejo federal o Bundesrat. La administración federal está a cargo de los ministros prusianos, mientras que el presidente de Prusia y el ministro de Asuntos Exteriores de Prusia (ambos en manos de Bismarck) tienen dimensión federal y su jurisdicción afecta a toda Alemania.
*Predominio de los grandes propietarios.
*Monarquía constitucional sin control parlamentario
*Modelo político autoritario y centralista.
*Principales grupos políticos:
-Conservadores: Base social en la aristocracia terrateniente, los junkers, militaristas y nacionalistas prusianos. Se dabaten entre la nostalgia de la antigua Prusia y el apoyo al engrandecimiento de la nueva Alemania. Esta segunda actitud es apoyada fundamentalmente por los altos funcionarios y los magnates de la industria.
-Liberales: Escindidos en una derecha inclinada hacia los conservadores y leal al emperador, y una izquierda progresista, partidaria del control de parlamento sobre la monarquía.
-Católicos: con sus bases sociales en Baviera y el Rhin. Postula la intervención del Estado a favor de los trabajadores y se presenta como defensor del catolicismo frente a la Prusia protestante, a la vez que defiende el federalismo y el parlamentarismo. Partido de masas, estuvo dominado por grandes burgueses y aristócratas.
-Socialdemócratas. Con un programa revolucionario basado en Bebel y Liebknecht. Tras la ley de excepción de 1878 estuvieron excluídos de la vida política. Con el programa de Erfurt (1891) se convierten en un partido de masas, a la vez que, siguiendo las directrices de Kaustky, comienzan a preferir los métodos pacíficos, convirtiéndose en “un partido revolucionario que no hace revoluciones”.
En las elecciones sucesivas los partidos de la derecha fueron perdiendo paulatinamente votos, los liberales y los católicos se mantuvieron respectivamente en un 23% y un 15% , y los socialdemócratas fueron elevándose desde un 2% a un 29%. En veinte años se debilitó la prepotencia de los junkers y se señaló la presión cada vez más fuerte, de las masas obreras.
POLÍTICA INTERIOR DE BISMARCK
En la política interior de Alemania dirigida por Bismarck hay que hacer alusión a una serie de enfrentamientos que definen la vida política del país en los años en que dirigió el gobierno.
La Kulturkampf o enfrentamiento con los católicos estaba provocada por el temor de Bismarck a una alianza de los católicos alemanes con las potencias católicas, Austria, Francia y los polacos. Su política se basó en la separación de la Iglesia y el Estado, y en la separación de la Iglesia de la enseñanza. La resistencia de los católicos provocó el encarcelamiento y proceso de algunos obispos. A partir del ascenso al solio pontificio de León XIII, excelente diplomático, la situación mejoró y las tensiones se suavizaron.
La lucha contra la socialdemocracia culminó en la ley de 1878 que prohibía la existencia de un partido obrero e incluso dificultaba las asociaciones proletarias. De otra parte impulsó una política social realizada desde el gobierno: las tres leyes que promulgó sobre enfermedad, accidentes y ancianidad, llevan el sello del paternalismo gubernamental. Sin embargo estas medidas no impidieron las acciones obreras multitudinarias como la huelga de los mineros del Ruhr, que sobrecogió a los contemporáneos por el números de huelguistas (100.000), su duración y su dramatismo.
Frente a las minorías nacionales, daneses, polacos, alsacianos-loreneses, su actitud era la de verlos como separatistas, intensificando por ello las medidas de germanización.
En 1890 es abandonado por el nuevo emperador Guillermo II cuando se enfrentaba al Reichstag, que pretendía suavizar una ley antisocilista.
EL DESARROLLO ECONÓMICO
Alemania se convierte en una gran potencia industrial. Como rasgos característicos hay que señalar los siguientes:
*Establecimiento de una industria pesada potente, llegando a convertirse en la segunda productora del mundo tras los Estados Unidos. Esto se deberá a los progresos técnicos aplicados a la siderurgia como el procedimiento de Bessemer, el horno Martín Siemens o los adelantos de Thomas-Gilchrist. Junto a ello, paractica el proteccionismo que le permite fijar los precios en el mercado interior y luego exportar a precios más bajos que otros países (en 1900 el acero alemán era un 20% más barato que el acero inglés en el mercado internacional).
*Creción de una industria electrotécnica y química muy avanzada. La construcción del telégrafo eléctrico, el automóvil eléctrico o el tranvía electrico hizo que en 1913 el 30% de la producción mundial de productos electrotécnicos fuera alemana. En la industria química dominó la producción de colorantes sintéticos, fabricando los primeros productos sintéticos como el celofán o la baquelita, extraídos del alquitrán de hulla.
*Una organización financiera fuerte y una concentración industrial elevada; se puede decir que fue la unión de los bancos con la industria lo que permitió la expansión industrial alemana.
*Decidido apoyo del Estado, que orienta la administración a favor de la industria, facilita la infraestructura, da crédito a las empresas y crea instituciones de investigación, en particular para la industrria química.
LA POLÍTICA EXTERIOR
La consolidación de Alemania como un gigante político y económico, con la constitución del II Reich, significa que también ha de tener una política internacional, conviritiéndose en uno de los principales protagonistas de la escena internacional.
El objetivo prioritario de Alemania será el aislamiento de Francia. Tras su derrota, Francia ha sufrido una importante amputación territorial con la pérdida de Alsacia y Lorena, que han pasado a la nueva Alemania, lo que conlleva el recelo y el deseo de revancha.
Para aislar a Francia y conseguir que Berlín se convierta en el centro de gravedad de la política internacional, Bismarck elabora complicadas construcciones deplomáticas, a los que llamamos sistemas:
*Sistema de los Tres Emperadores, porque abarcará al Imperio Alemán, al Imperio Austro-Húngaro y al Imperio Ruso.
La reunión de los tres emperadores, Guillermo I (Alemania), Francisco José (Austria-Hungría) y Alejandro II (Rusia) en Berlín en septiembre de 1872, culminan en el acuerdo político y militar de 1873, denominado de “Los tres Emperadores”. Les une el deseo de frenar la revolución obrera y el peligro de la persistencia de nacionalidades descontentas como polacos o checos. Las diferencias religiosas entre la católica Austria, la luterana Prusia o la ortodoxa Rusia y las diferencias territoriales en la región del Danubio entre Austria y Rusia fueron menos fuerte que los intereses comunes.
*Incorporación de Italia al sistema de Alianzas.
Entre el nuevo reino de Italia y el Imperio Austro-Húngaro había obstáculos que impedian el acercamiento. Roma reclamaba a Austria diversos territorios, mientras que la tensión con la Santa Sede por haber establecido la capital en Roma y haber acabado con los territorios pontificios, alejaba a Italia de Austria, la gran potencia católica. Pero la tensión de Italia con Francia debido a la pretención colonial de Italia en el norte de África a la que se opone el país galo, llevan a Italia a una alianza con Berlín. De esa manera en 1882, Bismarck consigue todos sus objetivos: Francia está aislada; las disensiones territoriales en Europa están aplacadas por las renuncias recíproca de italianos, austríacos y rusos, coincidiendo los imperios en mantener el orden internacional.
Pero el andamiaje diplomático tenía fallos debido a las divergencias en los Balcanes entre Rusia y Austria-Hungría, y de Italia y Austria-Hungría en el Adriático. Ello irá dificultando las relaciones entre estas potencias, a la par que Francia buscará el menor resquicio para salir de su aislamiento. Pero habrá de esperar a la retirada de Bismarck y a que el nuevo Emperador Guillermo II y su política mundial, le permita atraerse la alianza de Rusia y de Gran Bretaña. Con ello se ira a la constitución de dos gigantescas alianzas diplomáticas militares, la Triple Entente (Francia, Gran Bretaña y Rusia) y la triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia), que acabarán enfrentándose poco después en la llamada Primera Guerra Mundial, a partir de 1914.
Por todo ello y según René Girault, recogido en el libro de Antonio Fernández (Historia del mundo contemporáneo), la obra del canciller Bismarck ofrece dos vertientes:
-La vertiente geopolítica, por la que el canciller se esfuerza en que Alemania no tenga que enfrentarse a una guerra en dos frentes, contra Francia y contra Rusia. Para ello tuvo que intentar solucionar los intereses contrapuestos de Rusia y Austria-Hungría en el espacio balcánico. La falta de solución a este problema y la conjunción de otros hará que la Primera guerra Mundial haga realidad la amenaza: Alemania habrá de enfrentarse a la vez a Francia y a Rusia.
-La vertiente ideológica, por la que Berlín se convierte en el símbolo de la política conservadora, monárquica, defensora del orden, mientras que la III República francesa representaría el Nuevo Orden, el laicismo y los peligros de la revolución.

No hay comentarios: