martes, 3 de febrero de 2009

La guerra civil española (1936-1939)



1.Marco histórico universal: la crisis de 1929 y el auge de los totalitarismos.
La Segunda República y la Guerra Civil se enmarcan en un contexto definido por el impacto de la crisis de 1929 que, nacida en la Bolsa de Nueva York, se extenderá por todo el mundo impulsando la radicalización de la vida política expresada en el auge de los totalitarismos (Fascismo, Nacionalsocialismo y Comunismo) y en la quiebra de los sistemas liberalcapitalistas que han de hacer frente a una formidable desconfianza en los sistemas parlamentarios y en la economía capitalista.
La vida política de la Segunda República, gracias al sistema electoral fijado por el decreto de 8 de mayo de 1931, que favorecía fuertemente a las mayorías electorales, había contemplado fuertes vaivenes desde la izquierda a la derecha, con gobiernos de escasa duración y ataques a la legitimidad de los gobiernos con intentos de golpe de estado (Sanjurjo en agosto de 1932) o movimientos revolucionarios (octubre de 1934)
2.Las elecciones de febrero de 1936 y la radicalización de la vida política.
Las elecciones de febrero de 1936, tras el fracaso del gobierno radical-cedista, se presentaron como la elección entre dos mitades irreconciliables en que estaba dividido el país.
La derecha se presentaba desunida y desgastada, pues el desprestigio del partido radical por el escándalo del estraperlo habia afectado también a la CEDA. La izquierda, por el contrario, aparecía unida en un FRENTE POPULAR que englobaba a republicanos, socialistas y comunistas, con el respaldo de los anarquistas. Este último resultó ganador de las elecciones. Azaña fue el encargado de formar gobierno, con el apoyo del PSOE, radicalizado y dirigido por su líder sindical Largo Caballero.
La primera acción de los ganadores fue la destitución de don Niceto Acalá Zamora como presidente de la República por considerar imprudente la disolución de las Cortes en enero de 1936 y que, paradójicamente, les había permitido el acceso al poder.
Azaña fue elevado al cargo de Presidente de la República y sustituido en el cargo de presidente de gobierno por Santiago Casares Quiroga, miembro de Izquierda Republicana, el partido de Azaña, y su hombre de confianza.
La crispación política y social fue en aumento. Los sectores católicos, los propietarios de tierras y los empresarios estaban cada día más asustados ante los propósitos amenazadores de los líderes cenetistas y socialistas. Los dirigentes derechistas Gil Robles y Calvo Sotelo arremetieron contra el gobierno en el Parlamento, acusándole de impotencia por permitir que la anarquía se adueñase de España. Los problemas desbordaron al gobierno, incapaz de mantener la tranquilidad ciudadana y de encontrar soluciones a los retos planteados, a la par que las organizaciones obreras de izquierda entorpecían la acción del gobierno y contribuían con su radicalismo a crear una situación de caos.
Se produjeron invasiones masivas de propiedades en pueblos de Madrid, Salamanca, Toledo, Murcia y Extremadura, donde más de 70.000 campesinos -hambrientos de tierra e impacientes por tomarse la revancha- fueron animados por los sindicatos socialistas y anarquistas a ocupar ilegalmente unas tres mil fincas. Todos los propietarios de tierras, hasta los más modestos, se sentían desamparados y fueron obligados a subir desmesuradamente los salarios y a contratar forzosamente a peones en paro aunque no necesitaran mano de obra. En ocasiones, los jornaleros llegaron a formar bandas armadas que recorrían los campos para intimidar a los terratenientes. Los enfrentamientos entre propietarios y obreros rurales llegaron a ser tan graves que muchos latifundistas estuvieron dispuestos a dejar pudrir sus cosechas antes que pagar los salarios a unos jornaleros catalogados como peligrosos revolucionarios. Los obreros rurales respondieron segando los campos por su cuenta y sin autorización de sus dueños, presentándose posteriormente ante los terratenientes para exigir el pago de los jornales.
Los desórdenes afectaron también a las ciudades; se multiplicaban las huelgas en el sector industrial (113 huelgas generales en 1936), aumentaba de manera imparable el desempleo (casi un millón de parados), mientras los derechistas más ricos emigraban al extranjero y sacaban su dinero del país. Cientos de presos comunes escapaban de las cárceles en Asturias y Valencia; más de cien edificios eclesiásticos fueron incendiados o destruidos y los izquierdistas boicotearon las ceremonias religiosas, haciendo que la asistencia a misa se convirtiera en un acto cada vez más peligroso para los católicos.
Los atentados aumentaron y la política se embruteció hasta llegar al extremo de cachear a los diputados del Congreso antes de las sesiones parlamentarias para impedir que llevaran pistolas.
En poco de más de cinco meses se contabilizaron casi cien asesinatos políticos y otras ciento setenta muertes violentas, aunque el hecho más grave fue el asesinato del dirigente derechista don José Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 por un grupo de policías de ideología izquierdista que utilizaron los uniformes reglamentarios y el coche oficial para acudir al domicilio del dirigente político para llevárselo y matarlo a tiros y vengar de esa manera la muerte del teniente Castillo asesinado unas fechas antes por agentes derechistas
El desasosiego y la intraquilidad se adueñó de la mayoría de los ciudadanos, que contemplaban sobresaltados esta oleada de violencia y temían que se produjera una nueva insurrección revolucionaria o un golpe militar. Esto último fue lo que sucedió, ya que una parte importante de los mandos del Ejército estaban firmemente decididos a acabar con el gobierno del frente popular mediante un golpe de fuerza. La sublevación se puso en marcha el 17 de julio de 1936. Con ella se iniciaba la guerra.
3.Causas de la guerra.Como causas del conflicto bélico podemos señalar las siguientes:
a)Causas socioeconómicas.
La mayoría de los propietarios -ricos y humildes- respaldaron al bando antirrepublicano a fin de defender sus intereses materiales y su modo de vida. Por el contrario, casi todos los trabajadores asalariados urbanos y los campesinos sin tierras se movilizaron a favor de la República con la esperanza de hacer realidad una revolución igualitarista, que acabara con su miseria y terminara con las diferencias sociales y materiales.
b)causas ideológicas:
Se enfrentaron dos modos de vida y de pensar cada vez más radicales y excluyentes, izquierdas y derechas.
c)Causas religiosas:
Los católicos tomaron las armas para sostener sus convicciones frente a quienes pretendían reducir la influencia de la Iglesia o incluso habían declarado su disposición a exterminar al clero (serían asesinados en la zona republicana 4.184 sacerdotes y seminaristas -el 13% de los curas españoles- y 2.365 religiosos -2l 23% del clero regular-, 283 monjas y 13 obispos).
No conviene simplificar la interpretación para reducir el conflicto a una lucha de ricos contra pobres, pues la condición de católico practicante o la posesión de un pequeño pedazo de tierra en propiedad fueron suficientes para que millones de españoles optaran por apoyar al bando sublevado; de la misma manera que las convicciones republicanas o los sentimientos anticlericales o las creencias en el socialismo o en el anarquismo llevaron a otros españoles que disfrutaban de una situación acomodada a luchar por la causa republicana.
4. La sublevación militar.Aunque las reuniones conspirativas ya habían comenzado a finales de 1935, el triunfo electoral del Frente popular precipitó los preparativos de la insurrección, de cuya planificación se encargó el general Emilio Mola desde su destino en la comandancia de Pamplona.
El gobierno tenía sospechas, pero solo disponía de informaciones parciales sobre las intenciones y la identidad de los golpistas. La participación de elementos civiles en la trama del golpe fue muy limitada y poco significativa, pues los mandos militares se reservaron en todo momento el protagonismo en la dirección y en la toma de decisiones.
Los generales conspiradores, a cuyo mando estaría el general Sanjurjo, refugiado en Portugal, se proponían aprovechar el factor sorpresa para derribar el gobierno, conquistando las principales ciudades.
Las motivaciones eran simples y claras, como refleja el Manifiesto del General Franco, dado a conocer en Tetuán (ciudad del Marruecos español) el 17 de julio y publicado por el diario ABC, en su edición de Andalucia (Sevilla) el 23 de julio de 1936, cuando el golpe ya ha fracasado en las principales ciudades del país (Madrid, Barcelona, Valencia):
"Españoles: a cuantos sentís el santo amor a España, a los que en las filas del Ejército y la Armada habéis hecho profesión de fe en el servicio a la Patria, a cuantos jurásteis defenderla de sus enemigos hasta perder la vida, la nación os llama en su defensa. La situación de España es cada día más crítica, la anarquía reina en la mayoría de los campos y pueblos; autoridades de nombramiento gubernativo presiden, cuando no fomentan, las revueltas: a tiros de pistolas y ametralladoras se dirimen las diferencias entre los ciudadanos que alevosa y traidoramente asesinan sin que los poderes públicos impongan la paz y la justicia(...)
¿Es que se puede consentir un día más el vergonzoso espectáculo que estamos dando al mundo? (...)Españoles: ¡Viva España! ¡Viva el honrado pueblo español!"
Tetuán, 17 de julio de 1936. ABC, jueves 23 de julio de 1936. Edición de Andalucía.
En el manifiesto se hace un llamamiento epecial a los compañeros de armas para defender a la Patria, a España, donde "la anarquía reina en la mayoría de los campos y pueblos...".
Es el rechazo al desorden y a la falta de autoridad la idea que recorre todo el texto.
5.La internacionalización del conflicto.Aunque el conflicto fue fundamentalmente un asunto español, ambos bandos buscaron pronto suministros y armamento en el exterior. Ello determinó la internacionalización del conflicto. Los sublevados recibieron la ayuda de Alemania, Italia y Portugal. Hitler, jefe de la Alemania nacional socialista, respondió inmediatamente a la petición de Franco, enviando material bélico y aviones Junker 52 que resultaron indispensables para el transporte del ejército de África desde Marruecos hasta la Península.
La ayuda recibida por la España nacional:A lo largo de los tres años de guerra, los alemanes mandaron un pequeño cuerpo de tropas de combate, la Legión Condor, formada por unos 4.500 soldados y más de 600 excelentes aviones Junker 86 (Stukas), Heinkel III y Messerschimitt 109. Los motivos de Hitler para ayudar a Franco fueron económicos (obtención de materias primas y minerales) y estratégicos (debilitar a Francia, pues el gobierno republicano español era profrancés).
La Italia fascista de Mussolini también colaboró con el envío a lo largo de la guerra de mil tanques, dos mil cañones, setecientas ametralladoras, munición, combustible y unos cincuenta mil hombres encuadrados en el Corpo Trupe Volontarie. La razón de esta ayuda estuvo en la simpatía ideológica y la posibilidad de ganar un aliado en el mediterráneo.
El Portugal de Salazar actuó también por razones de simpatía ideológica con la ayuda de unos mil voluntarios y, sobre todo, con la disponibilidad estatégica del territorio portugués.
Al terminar la guerra, Franco pagó la ayuda alemana, calculada entre 415 a 540 millones de marcos (unos 180 millones de dólares), con divisas, materias primas y minerales (hierro y wolframio sobre todo). La ayuda italiana, calculada entre cinco mil y seis mil ochocientos millones de liras (de 230 a 310 millones de dólares) fue condonada en parte.
La ayuda recibida por la España republicana:
El bando republicano solicitó ayuda a Francia y a Gran Bretaña.
Gran Bretaña, temiendo un triunfo bolchevique en España, se negó a enviar ayuda al gobierno republicano.
El gobierno francés, que en los primeros días había vendido material aéreo a la República, decidió suspender las entregas de material bélico, presionado por Gran Bretaña.
Ante esta situación, la República acudió al gobierno soviético, quien envió unos dos mil asesores militares y unos mil aviones, así como numerosos carros de combate. El montante total de su ayuda puede cifrarse entre 350 y 517 millones de dólares que el gobierno pagó con el envío a Rusia del tesoro del Banco de España, además de otros doscientos millones de prestaciones a otros países.
Las razones de la ayuda soviética estuvo en el intento de contrarrestar el apoyo de Alemania e Italia al bando franquista; el deseo, por razones estratégicas, de desviar la atención de las potencias fascistas del área centrooriental de Europa al mediterráneo; y el interés de presentar a la URSS como la potencia impulsora de la revolución proletaria a escala mundial. De aquí la creciente influencia del Partido comunista español a lo largo de la guerra, seguidor de la política de Moscú en la España republicana.
Al mismo tiempo, los soviéticos se encargaron de movilizar a la opinión pública de Europa y América e impulsaron la creación de las Brigadas Internacionales, cuerpo militar formado por voluntarios izquierdistas y comunistas que, con el propósito de detener el avance del fascismo, llegaron a España desde diferentes países, para combatir en defensa de la República. Se calcula que un contingente total de cien mil internacionales combatieron a lo largo de la guerra, de los que estuvieron simultáneamente en España unos cuarenta mil.
6. Las fases de la guerra.En el desarrollo de la guerra se pueden distinguir las siguientes fases:
a)El fracaso del Alzamiento (17 de julio-5 de agosto de 1936).
Los días 17 y 18 de julio se produce el alzamiento del ejército de Marruecos, el triunfo en Sevilla, Pamplona, Zaragoza, Burgos, Valladolid, pero el fracaso en Valencia por la labor telefónica de Diego Martínez Barrio, que no pudo formar gobierno pero sí desactivar la rebelión en la ciudad del Turia.
El día 19 de julio de 1936, domingo, es un día decisivo para el desarrollo del conflicto. Se producen cuatro acontecimientos de extraordinaria importancia:
-Franco arriba en Tetuán y toma el mando del Ejército de África.
-Derrota total de la sublevación en las dos capitales más importantes del país: Barcelona y Madrid.
-Desahucio del gobierno de Diego Martínez Barrio, llamado para sustituir a Casares Quiroga. Será nombrado presidente del gobierno José Giral, quien tomará una decisión de enormes repercusiones: la entrega de armas a las organizaciones sindicales.
-Desencadenamiento de un represión a muerte en la dos zonas. El odio y la violencia se apoderan del país.
El cinco de gosto de 1936, Franco consigue que un importante contingente africano cruce el estrecho de Gibraltar, reforzando las incipientes lineas rebeldes de Andalucía, y enviando pequeños destacamentos de legionarios y regulares a Oviedo y Aragón.
A partir de este momento se va a plantear una guerra civil en la que la relación de fuerzas es la siguiente:
La zona republicana contaba con las tres capitales más importantes del país (Barcelona, Madrid, Valencia), las enteras reservas de oro y la inmensa mayoría de los medios de pago, interiores y exteriores, del Banco de España; contaba también con el centro radial de las comunicaciones, con las zonas industriales y con las regiones de agricultura intensiva (huertas de Valencia y Murcia).
En cuanto a los recursos militares, de los ocho jefes de división orgánica de la Península, sólo uno (el general Cabanellas, y no con excesivo entusiasmo) se sumó a la causa rebelde. De los veintiún generales con mando de división o asimilados, sólo cuatro -Franco, Goded, Queypo y el propio Cabanellas- se sublevaron. No se sumó a la rebelión el 80% de los generales de brigada, ni el 70% de los coroneles y teniente coroneles, ni la mitad de los comandantes. Se incorporaron al alzamiento, en cambio, el 80% de los capitanes y tenientes, seguidos por la inmensa mayoría de sus suboficiales, sargentos y clases. Fue un alzamiento de la juventud militar.
En cuanto a las fuerzas de orden público, el 55% de la Guardia civil, el 70% de los carabineros y el 70% de la Guardia de Asalto estuvieron con el Gobierno.
Hay que indicar que en Madrid, Barcelona, Valencia y Cartagena, ciudades en que se decidía la suerte inmediata del golpe de Estado, fueron las fuerzas e institutos armados fieles al Gobierno quienes resolvieron la situación.
En la Marina se acentuó el desequilibrio en favor del Frente Popular, por el que se declararon el ochenta por ciento de auxiliares, clases y marinería y sólo un veinte por ciento de almirantes, jefes y oficiales. La base naval de Cartagena quedó con el Gobierno; con los rebeldes quedaron las bases de Ferrol, Cádiz y Mallorca.
En la aviación, de los 303 aviones existentes, se sumaron a la rebelión 96.
La ventaja clave de los rebeldes era, junto a su decisión a vida o muerte, una elevadísima moral de victoria.
El factor religioso actuó como aglutinante de los rebeldes, sobre todo al comprobarse la persecución sañuda contra la Iglesia y la proscripción total de ésta en la zona controlada por las fuerzas del frente Popular.
b)la guerra de columnas.
El objetivo principal de los sublevados era la toma de Madrid, para lo que el ejército de Franco, partiendo de Sevilla, operó al modo colonial, en pequeñas columnas que avanzaban a pie o eran transportadas en avance rápico por carretera mediante camiones. La operación fue facilitada por el desorden republicano y la carencia de un verdadero ejército regular, sustituido por milicias populares como la de Durruti, indiciplinadas e ineficaces ante el enemigo.
Los rebeldes tuvieron que vencer varias dificultades:
a)la escasez de recursos de Mola en el norte, que hizo recaer el avance hacia Madrid sobre las fuerzas del ejército del sur, las tropas africanas, comandadas por Franco, que se convertirá en el verdadero jefe de la rebelión.
b)el inconveniente de que el grueso de este ejército se encontrara en África y hubiera necesidad de transportarlo a Andalucía, para lo que fue necesario la ayuda italiana y alemana.
Las columnas legionarias y de regulares mandadas por el coronel Juan Yagüe marcharon velozmente por Extremadura, tomando Badajoz, camino de Madrid. Desde Talavera se desviaron hacia Toledo para liberar el Alcázar defendido por el coronel Moscardó, lográndolo el 24 de septiembre de 1936, hecho de gran relevancia propagandística para Franco, quien el día 27 de septiembre de 1936 conseguirá el mando único, militar y civil, sin condiciones y sin limitación de tiempo.
El 17 de octubre de 1936 Mola da la orden de ataque al Ejército del Norte para la toma de Madrid, mientras que el ejército de África, a las órdenes de Varela, inicia su avance hacia Madrid desde Toledo.
Pero el 29 de octubre de 1936 se produce un contraataque republicano en Seseña que es posible gracias al material soviético de carros y aviones de que se ha dotado el gobierno republicano.
El 6 de noviembre de 1936 las tropas de Varela se aprestan para el asalto frontal a Madrid; equivalen a una división, escasa tropa para penetrar en una ciudad guarnecida. Ese mismo día el gobierno de Largo Caballero, dando por perdida la capital, huía hacia Valencia. En la capital el general José Miaja quedaba al frente de una Junta de Defensa formada por jóvenes políticos entre los que destacaban por su eficacia y decisión los comunistas Mitje, Diéguez, Santiago Carrillo y Cazorla. Los dos primeros controlaban las consejerías militares; los segundos el orden público. Una de las primeras medidas de La Junta fue decidir la eliminación de los principales presos políticos, que fueron fusilados en las fosas por ellos mismos abiertas en Paracuellos del Jarama a partir del mismo día 6 de noviembre de 1936. Es el peor asesinato en masa ordenado por una Junta que representaba legalmente al gobierno de la república en Madrid.
En la madrugada de 7 de noviembre Miaja, que ha logrado hacerse con la orden de ataque enemigo encontrada en el cadáver del capitán del ejército nacional Vidal Cuadras, abatido con su tanque en el puente de Toledo, dicta la orden de resistir sin ceder un solo palmo de terreno.
Las fuerzas de Varela prestas al ataque sumaban unos doce mil hombres que, con las fuerzas de apoyo situadas en segunda línea, sumaban unos treinta mil hombres. Estas fuerzas chocarían con las fuerzas gubernamentales compuestas por unos veinticinco mil hombres de infantería, apoyados inicialmente por ochenta cañones y un centener de carros.
El ataque es detenido y el 23 de noviembre Franco decide abandonar el proyecto de ataque frontal a Madrid y preparar una maniobra envolvente en varios tiempos.
c)la batalla de Madrid (noviembre de 1936- marzo de 1937)
En el desarrollo del cerco sobre Madrid se dan dos importantes batallas:
La batalla del Jarama (febrero de 1937). Mortífera y sangrienta, que queda prácticamente en tablas, tras unas seis mil bajas por el lado nacional y unas diez mil por el bando republicano.
La batalla de Guadalajara (marzo de 1937). El ejército italiano de unos treinta mil hombres que apoyaba a Franco es derrotado por fuerzas republicanas.
De esta manera Madrid quedaba a salvo de la amenaza enemiga hasta el final de la guerra.
Ante esta situación, Franco, aconsejado por los generales Kindelán y Juan Vigón, decide acabar con la autonomía de las tropas italianas, integrándolas plenamente en su ejército y abandonar la obsesión por Madrid, volviendo la mayor parte de sus fuerzas a la conquista del norte de España, lo que le daría, de conseguirlo, la superioridad material y estratégica necesaria para conseguir la victoria final en la guerra.
d)El frente norte y las ofensivas republicanas (marzo 1937-octubre 1937)
Inexpugnable Madrid, Franco procura la conquista del norte, donde se encontraba el potencial minero y siderúrgico republicano. Su conquista sería decisiva para el desenlace final de la guerra.
El frente de Vizcaya fue duro como lo demuestra el bombardeo de Guernica (26 abril de 1937), tomándose Bilbao y después Santander. Se inició la conquista de Asturias, con gran esfuerzo pese a la caótica desorganización de la región, presidida por una Junta que pretendía ser soberana, con lo que Oviedo se vio libre del cerco republicano.
Con el fin de distraer este esfuerzo del ejército nacional en el Norte, el gobierno republicano, presidido desde mayo de 1937 por Juan Negrín, organizó varias contraofensivas durante el verano de 1937, en la zona cercana a Madrid, Brunete (julio de 1937) y Belchite (septiembre de 1937) en la provincia de Zaragoza, pero fracasó.
e)La marcha hacia el mediterráneo (diciembre de 1937-junio de 1938)
Tras la caída del Norte, Franco vuelve al frente de Madrid y los republicanos se centran en Teruel, que la ocuparon en enero de 1938. Pero los nacionales recuperaron Teruel y el 15 de abril de 1938 llegaron a la ciudad costera de Vinaroz, dividiendo a la zona republicana en dos mitades.
f)La batalla del Ebro (verano de 1938)
El último gran esfuerzo republicano. Derrota del ejército rojo.
g)La ofensiva de Cataluña (enero de 1939)
En enero de 1939 el ejército nacional tomaba Barcelona y Cataluña caía en el lado nacional. La zona republicana se reducía a Madrid, parte de la Meseta Sur y la zona costera levantina hasta Almería.
h)Caída de Madrid (marzo de 1939)
En Madrid se forma una Junta de defensa presidida por el coronel Casado para gestionar una rendición honrosa, pero Franco impone la rendición incondicional. El 28 de marzo de 1939 cae Madrid en manos de los nacionales.
El uno de abril de 1939, Franco anuncia el fin de la guerra:
"En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares.
La guerra ha terminado.
Burgos, 1 de abril de 1939. Año de la Victoria.
El Generalísimo Franco"
7.Razones de la victoria de Franco.a)Mejor uso de la baza diplomática que hizo posible la neutralidad británica y un apoyo limitado y mediatizado de Francia al gobierno republicano. El hecho de contar con el apoyo explícito y casi exclusivo de la Unión Soviética hizo sospechosa a la República ante las masas conservadoras de muchos países.
b)Propaganda efectiva, sobre todo en los países anglosajones, y entre la opinión católica mundial, presentando el conflicto como una cruzada ante los crímenes contra los religiosos y sacerdotes por parte de los republicanos. Aquí tuvo que hacer frente a una eficaz propaganda de la República, sobre todo tras el bombardeo de Guernica (26 abril de 1937) por el bando nacional, aprovechado para presentar a los nacionales como represores de los sentiminiento autonomistas del pueblo vasco; la obra de Picasso El Guernica dio renombre universal a esta acción de guerra y sirvió de eficaz propaganda al bando republicano.
c)Los nacionales, y entre ellos las masas civiles que les apoyaban, consideraron que esta guerra era a vida o muerte. En el bando nacional la guerra tomó tintes religiosos, dado el asesinato en masa de sacerdotes y religiosos, por lo que adquirió un carácter de cruzada.
d)Mejor uso del material militar. Hay que señalar que el intento de sustituir en un principio el ejército por milicias populares en el bando republicano tuvo efectos gravísimos en el desarrollo del conflicto. De otra parte el manejo de la maquinaria militar fue más efectivo en el bando nacional.
e)Apoyo popular. Aunque el alzamiento al principio fue un hecho casi exclusivamente obra de los profesionales del ejército, pronto se sumó una gran masa civil que vieron en peligro sus vidas y haciendas si ganaban los republicanos. Hubo, con el desarrollo de la guerra, de formar un ejército de centenares de miles de hombres, encuadrados por un cuerpo de oficiales, los alféreces provisionales, formado por miles de jóvenes (unos veintidos mil) que dieron un carácter popular y juvenil al bando nacional que favoreció su triunfo en la guerra.
f)Las cualidades militares de Franco. Posiblemente no fuera un gran estratega, pero era un buen táctico. Otros generales enemigos posiblemente fueran mejores sobre el papel, pero quien ganó la guerra fue él.



































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