Sobre las once de la mañana, tras visitar el Jardín Botánico de Niágara con su reloj de flores partimos hacia Toronto,
la capital financiera de Canadá, localizada a orillas del lago Ontario.
Nos extraña que en el recorrido nos cruzemos con paisajes de vides en
un clima que se presume tan frio en invierno.
Campo de vides camino de Toronto en tierras canadienses |
Sobre las 13h 30m llegamos al restaurante Creme Brasserie, donde almorzamos Melon Water, pollo y helado.
Carta del restaurante |
Tras almorzar, la primera visita es a la casa Loma,
una gigantesca mansión construida por el multimillonario Henry Mill
Pellat, que intentaba copiar el castillo de Balmoral de Escocia.
Casa Loma |
Construida en 1913 fue una de las mayores mansiones de Norteamérica. En
1933, por problemas de deudas, pasó a posesión de la ciudad de Toronto.
En 1937 se abrió al público en general. Hoy en día es una de las
atracciones turísticas de Toronto.
Sobre las cuatro y media de la tarde llegamos al hotel Sheraton
Un gran hotel localizado en la plaza Nathan Phillips,
en el centro de la ciudad, donde se encuentran el viejo y el nuevo
Ayuntamiento y que estos días alberga una serie de actos
correspondientes a la celebración de los juegos panamericanos.
Es la
plaza central de Toronto, inaugurada en 1965, junto con el Toronto City
Hall, en honor a Nathan Phillips, alcalde de la ciudad de 1955 a 1962.
Es escenario frecuente de conciertos, muestras de arte y manifestaciones
como los fuegos artificiales que tendremos ocasión de contemplar
avanzada la noche.
Plaza Nathan Phillips. Fuegos artificiales |
Una vez alojados en el hotel Sheraton, queda la tarde libre para visitar diversos lugares.
Un grupo nos decidimos por dar un largo paseo hacia las orillas del lago Ontario.
Es una ciudad enorme con unos dos millones y medio de habitantes y un urbanismo de grandes rascacielos semejante a Nueva York, aunque no llega a ser tan colosal.
Es una ciudad enorme con unos dos millones y medio de habitantes y un urbanismo de grandes rascacielos semejante a Nueva York, aunque no llega a ser tan colosal.
Llama la atención el cuidado que le prestan al
transporte por bicicleta como muestra la imagen. El mundo de los
rascacielos está dominado por la imponente Torre Nacional de Canadá o Torre CN,
una estructura no sostenida por cables en tierra firme, la quinta más
alta del mundo, con una altura de 553,3 metros. Cuenta con un
observatorio ubicado a los 447 metros y es considerada una de las siete
maravillas del mundo actual. Construída entre 1973 y 1976 sirve para el
mundo de la telecomunicación, a la vez que es un gran reclamo turístico
de la ciudad, visitada por más de dos millones de personas al año.
Calle Yonge. Al fondo la Torre CN |
La imagen muestra la torre CN vista desde la calle Yonge, la calle más larga del mundo, con 56 kilómetros.
Torre CN |
La imagen muestra el detalle de la parte superior de la torre CN.
Tenemos la suerte de pasar por uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, la Galería Allen Lambert diseñada por el arquitecto español Calatrava, que semeja un bosque transparente y donde se alojan diversos centros comerciales.
Tenemos la suerte de pasar por uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, la Galería Allen Lambert diseñada por el arquitecto español Calatrava, que semeja un bosque transparente y donde se alojan diversos centros comerciales.
Galería Allen Lambert |
El lago Ontario nos parece un auténtico mar, surcado por embarcaciones de todo tipo.
Lago Ontario |
Al volver al hotel pasamos por la iglesia presbiteriana de san Andrés.
Llama la atención el que esté localizada en un entorno de enormes
edificios, como intentando conciliar el mundo de la tradición, aunque
sea reciente, con el de la más significativa modernidad. Es un mundo de
contrastes.
Al regreso al hotel nos encontramos con un concierto en plena plaza de Nathan Phillips y los fuegos artificiales posteriores ya mencionados. A la mañana siguiente partiremos hacia Nueva York.
Plaza Nathan Phillips. Fuegos artificiales |
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