domingo, 9 de agosto de 2015

TORONTO

Sobre las once de la mañana, tras visitar el Jardín Botánico de Niágara con su reloj de flores partimos hacia Toronto, la capital financiera de Canadá, localizada a orillas del lago Ontario. Nos extraña que en el recorrido nos cruzemos con paisajes de vides en un clima que se presume tan frio en invierno.
Campo de vides camino de Toronto en tierras canadienses
Sobre las 13h 30m llegamos al restaurante Creme Brasserie, donde almorzamos Melon Water, pollo y helado.
Carta del restaurante
Tras almorzar, la primera visita es a la casa Loma, una gigantesca mansión construida por el multimillonario Henry Mill Pellat, que intentaba copiar el castillo de Balmoral de Escocia. 
Casa Loma
Construida en 1913 fue una de las mayores mansiones de Norteamérica. En 1933, por problemas de deudas, pasó a posesión de la ciudad de Toronto. En 1937 se abrió al público en general. Hoy en día es una de las atracciones turísticas de Toronto.
Sobre las cuatro y media de la tarde llegamos al hotel Sheraton
 
Hotel Sheraton. Vestíbulo
Un gran hotel localizado en la plaza Nathan Phillips, en el centro de la ciudad, donde se encuentran el viejo y el nuevo Ayuntamiento y que estos días alberga una serie de actos correspondientes a la celebración de los juegos panamericanos. 
 
Plaza Nathan Phillips
Es la plaza central de Toronto, inaugurada en 1965, junto con el Toronto City Hall, en honor a Nathan Phillips, alcalde de la ciudad de 1955 a 1962. Es escenario frecuente de conciertos, muestras de arte y manifestaciones como los fuegos artificiales que tendremos ocasión de contemplar avanzada la noche.
Plaza Nathan Phillips. Fuegos artificiales 
 Una vez alojados en el hotel Sheraton, queda la tarde libre para visitar diversos lugares.
Un grupo nos decidimos por dar un largo paseo hacia las orillas del lago Ontario.
Es una ciudad enorme  con unos dos millones y medio de habitantes y un urbanismo de grandes rascacielos semejante a Nueva York, aunque no llega a ser tan colosal. 
 
Avenida de Toronto. A la izquierda parque de bicicletas
Llama la atención el cuidado que le prestan al transporte por bicicleta como muestra la imagen. El mundo de los rascacielos está dominado por la imponente Torre Nacional de Canadá o Torre CN, una estructura no sostenida por cables en tierra firme, la quinta más alta del mundo, con una altura de 553,3 metros. Cuenta con un observatorio ubicado a los 447 metros y es considerada una de las siete maravillas del mundo actual. Construída entre 1973 y 1976 sirve para el mundo de la telecomunicación, a la vez que es un gran reclamo turístico de la ciudad, visitada por más  de dos millones de personas al año.
Calle Yonge. Al fondo la Torre CN
La imagen muestra la torre CN vista desde la calle Yonge, la calle más larga del mundo, con 56 kilómetros.
Torre CN
La imagen muestra el detalle de la parte superior de la torre CN.
Tenemos la suerte de pasar por uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, la Galería Allen Lambert diseñada por el arquitecto español Calatrava, que semeja un bosque transparente y donde se alojan diversos centros comerciales. 
Galería Allen Lambert
El lago Ontario nos parece un auténtico mar, surcado por embarcaciones de todo tipo.
Lago Ontario
Al volver al hotel pasamos por la iglesia presbiteriana de san Andrés. 
 
Iglesia presbiteriana de san Andrés
 Llama la atención el que esté localizada en un entorno de enormes edificios, como intentando conciliar el mundo de la tradición, aunque sea reciente, con el de la más significativa modernidad. Es un mundo de contrastes.
Al regreso al hotel nos encontramos con un concierto en plena plaza de Nathan Phillips y los fuegos artificiales posteriores ya mencionados. A la mañana siguiente partiremos hacia Nueva York.
Plaza Nathan Phillips. Fuegos artificiales
 

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