martes, 19 de noviembre de 2013

Esplendor barroco

Cerca de la plaza de España, en la vía del Corso se halla una de las iglesias más hermosas de Roma, dedicada a san Ambrosio y a san Carlos Borromeo, ambos arzobispos de Milán. Ambrosio (Tréveris 340-Milán 397), fue obispo de Milán, doctor de la Iglesia. Elegido por aclamación popular obispo de Milán, en una época de gran división entre arrianos y católicos, se decantó por la ortodoxia católica. Luchó por la supermacía de la iglesia sobre el estado en los difíciles años de finales del siglo IV. Influyó para que el emperador Teodosio prohibiera los juegos olímpicos en el 393 al considerarlos paganos. Convirtió y bautizó a san Agustín de Hipona.
Carlos Borromeo, (Milán 1538-1584) sobrino del Papa Pío IV, secretario del Estado Vaticano, participó en la tercera convocatoria del concilio de Trento; arzobispo de Milán implantó las reformas conciliares, preocupándose de la formación del clero y de la educación de la juventud. Actuó decididamente para auxiliar a los afectados por la peste padecida por la ciudad de Milán en 1576. Junto a Ignacio de Loyola fue el gran renovador de la Iglesia en el siglo XVI.
A estos dos santos milaneses está dedicada esta bellísima iglesia. Es una de las tres iglesias romanas dedicadas a san carlos Borromeo, incluyendo a San Carlos Catinari y a san Carlos de las cuatro fuentes. Su construcción empezó con motivo de la canonización del santo en 1610, bajo la dirección de Onorio Longhi y, después de su muerte, de su hijo Martino Longhi el joven. La fachada fue proyectada por el cardenal Omodei. La planta es de cruz latina. La cúpula es obra de Pietro da Cortona, responsable también del ábside y de la rica decoración interior. El fresco de la bóveda central narra la caída de los ángeles rebeldes, realizado por Brandi entre 1677 y 1679. El gran retablo del altar es obra de carlos Maratta y representa la gloria de san Carlos, san Ambrosio y san Sebastián, que aparecen con Cristo, la Virgen y los ángeles. Una de las capillas está dedicada a la Inmaculada Concepción.
Un gozo para los ojos y el deseo de identificarse con tanta belleza, expresión de una intensa espiritualidad.
San Ambrosio y San Carlos

San Ambrosio y San Carlos

San Ambrosio y San Carlos. Nave central

San Ambrosio y San Carlos. Altar mayor

San Ambrosio y San Carlos. Lateral izquierdo

San Ambrosio y San Carlos. Cúpula

San Ambrosio y San Carlos. Capilla de la Inmaculada

Capilla de la Inmaculada. Detalle.
 

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