jueves, 20 de mayo de 2010

Desarrollo económico en la España de Isabel II (1833-1868)






Banco de España








1. Introducción.
El reinado de Isabel II (1833-1868) contempla la construcción en España del Estado liberal, expresado en la aplicación de una serie de principios:
a)La solución del pleito dinástico a favor del orden sucesorio tradicional y en contra de la Ley Sálica, de influencia francesa. Ello se logrará tras vencer a los llamados carlistas.
b)El establecimiento de un orden constitucional expresado en un primer momento en el Estatuto Real de 1834, una especie de Carta Otorgada, y posteriormente en diversas constituciones, de la que quizás la más representativa sea la de 1837. En estas constituciones se plasmarían los principios del liberalismo: división de poderes, soberanía nacional, derechos individuales.
c)Una nueva estructura de la propiedad, que con la desvinculación y la desamortización, tanto civil como eclesiástica, busca el establecimiento de la propiedad privada como motor de la vida económica y el apoyo de una base social que permita el mantenimiento del Nuevo Régimen.
d)La introducción del nuevo sistema económico marcado por el triunfo de la Revolución Industrial que, aunque incompleto, marcará el reinado en función de una serie de ejes fundamentales:
-La elaboración de un nuevo sistema viario en torno al ferrocarril.
-La elaboración de un nuevo sistema financiero que tendrá su campo de actuación en los Bancos, la Bolsa y las Sociedades de Crédito.
-La aplicación de las innovaciones técnicas, especialmente en el campo textil y siderúrgico.
e)Una serie de reformas administrativas que, bajo el signo del centralismo, organizarán el aparato político del estado. En este aspecto hay que aludir a la creación de la provincia como nueva demarcación territorial, la ley de Ayuntamientos de 1845 que reserva la designación de los alcaldes de las capitales de provincia y cabezas de Partido a la Corona, la reforma del sistema tributario de Alejandro Mon y su nuevo sistema de impuestos, la elaboración del Código Penal de 1848 y la creación de la Guardia Civil por el duque de Ahumada en 1848.
2. Causas de la tardía incorporación de España a la revolución industrial.
La incorporación de España a la revolución industrial, iniciada a partir de 1840, fue tardía e incompleta.
Las causas de este retraso fueron las siguientes:
a)Insuficiente papel de la agricultura, que no cumplió el triple papel que en otros lugares fomentó el desarrollo económico. Se considera que la agricultura debe cumplir las siguientes funciones:
-Proporcionar alimentos y materias primas suficientes para abastecer a una población en aumento y progresivamente concentrada en las áreas urbanas.
-Suministrar capital y mano de obra para su empleo en la industria.
-Proporcionar un mercado interior con capacidad adquisitiva que demende los productos industriales.
Este triple papel no fue desempeñado por la agricultura española.
b)Inexistencia de una burguesía financiera emprendedora. La aristocracia y la burguesía prefirieron las inversiones en patrimonios rústicos o urbanos procedentes de los bienes desamortizados olvidando las inversiones industriales, sobre todo las básicas, como la siderurgia o el sector textil.
c)Dependencia técnica y financiera del exterior sobre todo del capital franco belga y británico que orientaron las inversiones hacia los empréstitos públicos y no hacia sectores que, como la siderurgia, hubieran servido de arrastre de otras industrias.
Junto a estos factores hay que aludir también a la escasez de carbón y materias primas, la falta de una política coherente en los partidos políticos y la lenta aparición de las condiciones jurídicas-institucionales.
d)El bajo nivel cultural con un porcentaje de analfabetos para 1860 del 80% de la población, mientras que en Francia e Inglaterra los números bajaban al 30%.
3.Los sectores industriales
A)Industria extractiva: Hulla e hierro
Durante gran parte del siglo XIX España abasteció a Europa occidental, a bajo precio y en grandes cantidades, de minerales como plomo, hierro, mercurio y cobre.
La ley de 1839 reglamentó los aprovechamientos minerales en todo el territorio estimulando la constitución de numerosas sociedades mineras.
El carbón mineral, fuente energética en la siderurgia, y el mineral de hierro, necesario para la obtención de acero, se convirtieron en los pilares de este sector.
La aplicación del librecambismo puso este sector en manos de Gran Bretaña y Francia.
B)Industria textil
Fue el principal sector industrial por el manejo de capitales y por su irradiación exterior.
La industria textil algodonera, pionera de la revolución industrial, alcanzó un gran despliegue gracias a la incorporación del telar mecánico y de la máquina de vapor. Este desarrollo del algodón fue acompañado del desarrollo de la industria lanar.
Cataluña se alzó con la hegemonía de este sector.
C)Industria siderúrgica
Tras el fracaso de la siderurgia andaluza fue Vizcaya quien se alzó con el dominio de este sector basado en la exportación de hierro a Inglaterra y la importación del carbón británico, aprovechando la vuelta de los fletes.
Pero esta industrialización necesitaba para triunfar, aunque fuera de manera incompleta, de la creación de nuevas instituciones finacieras y de una red viaria que permitiera el comercio.
4.Las entidades financieras.
Entre 1844 y 1868 se crea el capitalismo moderno español, con la creación de numerosas entidades articuladas en torno a la Banca oficial y privada, las Sociedades de Crédito y la Bolsa.
La creación del Banco de España se produjo en 1856, fruto de anteriores tentativas y que desembocaron en este banco que se convertirá en un banco oficial, depositario de las reservas del estado, con capacidad para otorgar créditos al sector público y con el privilegio de emitir moneda para todo el territorio nacional.
Junto a esta Banca oficial se desarrollarán otros Bancos privados como el Banco de barcelona o el de Cádiz.
Las Sociedades de Crédito, al amparo de la ley de 1856, se desarrollarán ampliamente en actividades como operaciones de descuento y préstamos a la promoción de empresas y anticipaciones al Gobierno. Destacarán las sociedades Rothschild y Laffite.
También la Bolsa iniciará su andadura. Primero la de Madrid en 1831, y después la de Barcelona desde 1851, fomentarán el desarrollo financiero.
5.La red viaria.
Junto al desarrollo financiero hay que hablar de la creación de una red viaria, necesaria para la creación de un mercado nacional.
Las carreteras, tras la dejadez del reinado de Fernando VII y los destrozos de la guerra carlista, iniciaron su reconstrucción y mejora aprovechando la Ley de Carreteras de 1851, que clasificó la red española en carreteras de categoría nacional, provincial y municipal, de cuya construcción y mantenimiento se harían cargo el Estado, las diputaciones y los Ayuntamientos, respectivamente. El transporte de viajeros se mejoró tras la reorganización, en 1836, de la Real Compañía de Diligencias.
La gran transformación vino de la mano del ferrocarril, cuyas primeras experiencias en España se materializaron entre 1848 y 1855. Los tramos Mataró-Barcelona y Madrid-Aranjuez iniciaron la red ferroviaria española. Consciente de su penuria económica, el estado renunció a implicarse directamente en la construcción del tendido, optando por la concesión a compañías privadas. De acuerdo con ello la Ley de Ferrocarriles de 1855 liberalizó el sector, adoptando medidas que facilitaron la inversión extranjera, tanto en capital como en material de construcción y bienes de equipo.
El ritmo de construcción se aceleró a partir de ese año debido al flujo masivo de capital y tecnología extranjeros, sobre todo franceses, y a la aportación de capitales nacionales, especialmente de Cataluña, País Vasco y Valencia, que van configurando una red con centro en Madrid y unos ramales que comunican con la reserva cerealista de Castilla la Vieja y con Andalucía, y los núcleos industriales catalán (fundamentalmente en torno al textil) y vasco (siderurgia) y valenciano (gran puerto y mercado de la incipiente pero floreciente nueva agricultura de exportación).
Al final del reinado se habían abierto a la circulación cerca de cinco mil kilómetros de vías, a cargo de numerosas compañías ferroviarias, entre las que destacaban la MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante), la del ferrocarril del norte y la de Sevilla-Jerez-Cádiz. En todas ellas predominaba el capital francés. De capital español cabe destacar la línea Barcelona-Zaragoza-Pamplona.
El ferrocarril supuso un cambio radical. La velocidad en el transporte pasó desde los 8 o 10 kilómetros por hora de una diligencia a los 34 kilómetros por hora del ferrocarril que unía Madrid con Hendaya en 1868, con el añadido de que el número de personas trasportadas pasaba de un docena en la diligencia a más de cien en el más pequeño de los trenes.
El transporte de mercancias aumentó de forma exponencial, al mismo tiempo que disminuía el precio, lo que implicó un enorme trasiego de viajeros.
El ferrrocarril supuso también la especialización regional de los cultivos, a la vez que aumentó de manera extraordinaria la posibilidad de transmisión de noticias entre regiones, ciudades y pueblos anteriormente enormemente distanciados.
6.La industrialización en Andalucía.
La falta de una burguesía emprendedora, que prefirió invertir en las fincas desamortizadoras, el éxodo de capital hacia otras regiones y la efervescencia revolucionaria propiciaron el colonialismo económico extranjero.
Los primeros Altos hornos se instalaroan en la provincia de Málaga, gracias a la acción de Manuel Agustín de Heredia, pero la falta de carbón mineral y la competencia del norte de España frustaron su desarrollo. Igual pasó con la industria algodonera, apreciable en Sevilla, donde en 1849 había una fábrica de vapor, y en Málaga. Pero el aislamiento ferroviario, la competencia catalana, la falta de mercado interno y el contrabando del Estrecho (Gibraltar inglés), minaron su desarrollo.
Tampoco la instalación del ferrocarril tuvo gran éxito. A pesar de tener las primeras concesiones para su instalación, habrá que esperar a 1854 para construir el enlace entre Jerez, el Puerto y Sanlucar.
Desde entonces, Andalucía irá perdiendo peso económico relativo respecto a otras regiones españolas, que tendrá graves consecuencias en el orden social y político.






Bibliografía esencial:






Vicens Vices, Jaime: "Historia económica de España", Bloque VI: El impacto de la revolución industrial.






Artola, Miguel: "La burguesía revolucionaria (1808-1869)", capítulo 2º: Del estancamiento económico a la expansión capitalista.

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