sábado, 19 de noviembre de 2011

Solución a la crisis. La Biblia y la remisión de las deudas

BOLSA DE MADRID


"Cada siete años harás la remisión. Ésta será  la norma de la remisión: todo acreedor perdonará la deuda del préstamo hecho a su prójimo. No apremiará a su prójimo o hermano, pues ha sido proclamada la remisión del Señor. Podrás apremiar al extranjero, pero lo que hayas prestado a tu hermano lo perdonarás. En realidad, no habrá ningún pobre entre los tuyos -pues el Señor te colmará de bendiciones en la tierra que el Señor, tu Dios, va a darte en herencia para que la poseas- a condición de que escuches atentamente la voz del Señor, tu Dios, observando y cumpliendo todo lo que yo te mando hoy. Porque el Señor, tu Dios, te bendecirá, como te ha dicho; prestarás a muchas naciones, y no pedirás prestado; dominarás a muchas naciones, y no te dominarán.
Cuando haya entre los tuyos un pobre, entre tus hermanos, en una de tus ciudades, en la tierra que va a darte el Señor, tu Dios, no endurezcas tu corazón ni cierres tu mano a tu hermano pobre, sino que le abrirás tu mano y le prestarás a la medida de su necesidad. Guárdate de decir en tu corazón esta palabra mezquina: “Se acerca el año séptimo, año de la remisión”, mirando así con malos ojos a tu hermano pobre y no dándole nada, pues él gritará al Señor contra tí y tú incurrirás en delito. Dale generosamente, sin que se sienta mal tu corazón por darle, pues por esa acción bendecirá el Señor, tu Dios, todas tus empresas y todas tus tareas. Nunca dejará de haber pobres en la tierra; por eso yo te mando: “Abre tu mano a tu hermano, al indigente, al pobre de tu tierra”
Biblia, Deuteronomio, 15,1-11. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española

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