sábado, 2 de agosto de 2014

ROTHENBURG, ventana al Medievo

Rothenburg, ventana al medievo

11 de julio de 2014.
Tras dormir en Nüremberg, sobre las 8 h y 45 m salimos para Rothenburg, de las que nos separan unos cien kilómetros, en el estado federal de Baviera, en la frontera con el de Baden-Wurttemberg. El cielo está gris y cubierto de nubes, con posibilidad de lluvia. Llegamos a la ciudad a las 10 h y 30 m. El autobús aparca en las afueras, y nos adentramos en la ciudad amurallada.
Nos esperan dos guías, Mrs Zala-Farias e Yvana Lehele. La primera es chilena.
Rothenburg ob der Tauber es una ciudad edificada sobre el río Tauber, en una zona boscosa, con origen en torno al año 1000 y que hoy tiene unos 12.000 habitantes. Es una auténtica ventana al medievo, pues conserva una estructura arquitectónica medieval, rodeada de murallas, y que hoy en día es visitada por numerosos turistas procedentes de todo el mundo.
Entre sus ciudadanos ilustres cabe destacar dos:
Heinrich Toppler (1340-1408), alcalde de la ciudad que llevó a cabo una compra sistemática de tierras y propiedades a la nobleza y que promocionó el asentamiento de judios en la ciudad, favoreciendo el paso de una economía de trueque a otra monetaria. También edifica una segunda muralla, engrandeciendo la ciudad y dotándola de torres defensivas. Con su política expansiva, concitará la oposición de otras ciudades y de la nobleza, provocando el asedio de la ciudad en torno al año 1407 por un ejército de caballeros y ciudades contrarias. En 1408 es depuesto y encarcelado, muriendo en prisión ese mismo año.
Georg Nusch, quien salvó a la ciudad de su destrucción cuando en la guerra de los treinta años (1618-1648), fue conquistada por  el conde de Tilly, del bando católico. El alcalde dio como ofrenda de bienvenida al vencedor vino servido en una jarra de tres litros y cuarto. Tilly, agradecido, indicó que perdonaría a la ciudad de la destrucción si alguien era capaz de beberse el vino de la jarra de un solo trago. El alcalde Georg Nusch se ofreció y, para asombro de todos, se bebió la jarra de un solo trago, salvando a la ciudad.
Curiosamente, será un norteamericano, John Jay McCloy, del ejército de los EEUU el que salvó a la ciudad de su destrucción al final de la Segunda Guerra Mundial, consiguiendo del mando alemán la rendición incondicional de la ciudad el 17 de abril de 1945, evitando su destrucción. Esta acción fue posible porque McCloy conocía a través de su madre, que había visitado la ciudad antes de la guerra, la belleza de la misma.
Es una joya del urbanismo medieval alemán, rodeada de bosques y con casas de tejados rojos inclinados.
Andamos por una larga calle, camino de la plaza del mercado, donde se encuentra el Ayuntamiento, con un voladizo de arcadas barrocas, y donde se encuentra la famosa taberna de los concejales, de empinado frontón barroco dominado por el campanario, con el reloj principal de la ciudad ( data de 1683), un reloj calendario que consta de un águila imperial y un reloj de sol. A las 11, 12, 13, 14 y 15, 20, 21 y 22 horas, aparecen en las ventanillas de una y otra parte del reloj reproducciones de los principales personajes de la guerra de los treinta años: Tilly y el alcalde Nusch que salva a la ciudad bebiéndose la jarra de 3 litros y cuarto de vino.
En el recorrido de la ciudad pasamos por la iglesia de Santiago, pues está incluida en el camino alemán de Santiago; edificio del gótico flamígero, tiene un escultura del apóstol a la entrada de la misma. Célebre es el altar de la Sagrada Sangre, que escenifica la Última Cena. También pasamos por el convento de las benedictinas, convertido hoy en Museo, conservando la cocina de la época. Salimos de la ciudad por la puerta Burgtor, en el lado opuesto a la puerta por la que accedimos a la ciudad. Desde el exterior se observa un extraordinario paisaje de bosques donde predomina el color verde, apreciándose el conjunto de la ciudad rodeada de la muralla defensiva.Volvemos a la ciudad, pasando por la calle de los Señores, bordeada de casas patricias que presumen de haber dado cobijo a emperadores como Carlos V o Fernando I.
Almorzamos en el restaurante Ratstube situado en la plaza del Mercado o del Ayuntamiento. Al térmico de la comida, quedamos sorprendidos por el concierto que una banda y coro de músicos norteamericanos está dando en la plaza. Tres banderas ondean en la puerta de la taberna de los concejales, la norteamericana, la alemana y la tercera supongo que del Ayuntamiento de Rothemburgo. Sobre las tres de la tarde abandonamos el lugar para dirigirnos a Friburgo. Nos esperan 312 kilómetros hasta Friburgo.
Posdata.
Os doy el enlace para que podáis apreciar el sonido de la banda norteamericana. 1 minuto y 12 segundos de buena música.

http://youtu.be/PsjrKK8zoRs
Rothenburg. Plano de la ciudad

Rothenburg, ciudad amurallada

Rothenburg. Ayuntamiento

Rothenburg. Taberna de los concejales

Rothenburg. Iglesia de Santiago

Rothenburg. Calle de los Señores

Rothenburg. Puerta Burgtor

 

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