La Plaza de san Pedro, construida bajo la dirección de Bernini
entre 1656 y 1667, constituye uno de los marcos arquitectónicos más
grandiosos del mundo. Formada por dos plazas, una elíptica y otra
trapezoidal, forman visualmente una única plaza. En ella destaca el
inmenso obelisco egipcio, llegado a Roma por orden de Calígula en el año
40 d.C., con una altura de 25 metros y un peso de 330 toneladas,
colocado en ese lugar por el Papa Sixto V en 1586. Dos fuentes, una de
Maderno y otra de Bernini se sitúan a cada lado del Obelisco.
Las dimensiones de la plaza son espectaculares: 320 metros de longitud y
240 metros de anchura. En ella pueden caber trescientas mil personas.
Está enmarcada por 284 columnas de 16 metros de altura y 88 pilastras
que bordean la plaza en un pórtico de cuatro filas. En lo alto de las
columnas hay 140 estatuas de santos de tres metros de altura cada una,
realizadas por los discípulos de Bernini.
Al fondo de la plaza se alza la inmensa Basílica de san Pedro, la
mayor iglesia de la Cristiandad, de 193 metros de longitud, 44 metros y
medio de altura y una superficie de 2,3 hectáreas. Levantada sobre la
tumba de san Pedro, fue reconstruída por voluntad del Papa Julio II,
siguiendo el proyecto de Bramante, luego modificado por otros genios de
la arquitectura como Miguel Ángel y Carlo Maderno. El interior es
magnífico, aunque resulta poco atrayente para una espiritualidad
interior. Un enorme Baldaquino de Bernini enmarca el altar mayor. Además
alberga una de la esculturas más famosas del universo del arte: La
piedad de Miguel Ángel.
|
Plaza de san Pedro |
|
Obelisco y una de las fuentes de la plaza de san Pedro |
|
San Pedro del Vaticano. Fachada |
|
San Pedro del Vaticano. Interior. |
|
La Piedad de Miguel Ángel |
|
Cristo bendiciendo desde la cima de la fachada de la Basílica de san Pedro |
No hay comentarios:
Publicar un comentario