jueves, 31 de octubre de 2013

Peregrinación a Roma

Con motivo de la jornada mundial de la familia, incluída en el año de la Fe, un grupo de personas de la diócesis de Guadix-Baza, hemos peregrinado a la ciudad de Roma entre los días 22 a 28 de octubre de 2013. Hemos tenido la gracia de un guía extraordinario, don Manuel Amezcua, párroco de la Virgen de Fátima y licenciado en Historia por la Universidad Gregoriana de Roma; hombre docto, conocedor de la historia y el arte de Roma, afable de trato, jocoso y ocurrente, nos ha enseñado muchos de los grandes edificios de la ciudad eterna, teniendo en cuenta el carácer religioso del viaje, que culminó con la asistencia a la misa de la jornada mundial de la familia, presidida por el Santo Padre, el Papa Francisco, y en la que concelebró nuestro obispo don Ginés.
A la ciudad de Roma se le deben muchas cosas:
-El derecho romano
-El concepto de ciudadanía, compuesto de derechos y deberes.
-El concepto de equidad.
-El concepto de centralidad. De ahí la catolicidad de la Iglesia y su existencia a lo largo de 2000 años, en una línea ininterrumpida de Papas (267 hasta la actualidad).
-La idea imperial y su carácter universal.
Roma expresa el poder, la riqueza, la cultura y la influencia universal, siendo la cumbre de la cultura, de la Fe católica, y uno de los lugares más importantes del mundo.
Camino de la ciudad, desde al aeropuerto de Fiumicino, destacan los bosques de pinos de copas circulares, esbeltas y elegantes, como consecuencia de la estructura de su madera y de la influencia del viento, que hace que el tronco no tenga ramas y la vegetación se localice en las copas. Es una ciudad llena de verdor, con abundantes prados y bosques de pinos, laureles y encinas, que en el otoño luce una gama cromática espléndida de ocres y verdes. Los campaniles destacan en el paisaje, albergando campanas de bronce con mucha plata que permite un sonido agradable.
Camino de Santa María la Mayor, hacemos un recorrido por la ciudad, que nos muestra el carácter monumental de la misma, desde el circo Máximo a los Foros imperiales, el templo de la Fortuna y el de Vesta, la escalera del Campidoglio, plaza Venezia, Basílica de san Marcos, monumento a Victor Manuel, Foro Adriano, avenida Cavour.
De pronto observamos la Basílica de Santa María la Mayor, con un soberbio campanile medieval y una extraordinaria fachada barroca.
El templo está muy vinculado a la Corona española. El techo de la Basílica se revistió con el primer oro venido de América
El suelo es de estilo cosmatesco y en el ábside se muestra la Coronación de la Virgen con 9 coros de ángeles y grandes santos.  Detrás de san Francisco aparecen hojas de acanto, expresión de eternidad para honrar a la Virgen. El ordenante de este mosaico fue Nicolás IV. Entre las maravillas de la basílica destaca la capilla del Santísimo, de san Pío V -el Papa de Lepanto-, donde aparece el accitano don Lope de Figueroa, capilla que no podemos ver, dada la hora. Bajamos a ver la Confesión de la Fe en el subsuelo del altar mayor, donde rezamos ante la Virgen. Visitamos la capilla de Santa María Salus Popolo Romano.
Otro lugar de la basílica es la escultura de la Virgen con el lema Ave Regina Pacis, debida a la voluntad de Benedicto XV, el Papa de la IGM, de estilo modernista. Visitamos también la capilla con la pila del Bautismo. En el bautismo de los primeros cristianos se utilizaban pilas con tres escalones, símil de la Trinidad.

Basílica santa María la Mayor. Monumento de Benedicto XV a la Virgen como Reina de la Paz

Entrada a la ciudad de Roma. Pinares y campaniles

Basílica de santa María la Mayor de Roma. Nave central

Techo de la nave central. Basílica de santa María la Mayor de Roma


Plaza de la Basílica de santa María la Mayor. Columna con La Virgen y el Niño

Fachada y campanile de la Basílica de santa María la Mayor

Baptisterio de la Basílica de santa María la Mayor

El Papa Liberio, tras el milagro de la nieve en agosto, traza los límites de la Basílica

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