Con motivo de la jornada mundial de la familia, incluída en el año de la
Fe, un grupo de personas de la diócesis de Guadix-Baza, hemos
peregrinado a la ciudad de Roma entre los días 22 a 28 de octubre de
2013. Hemos tenido la gracia de un guía extraordinario, don Manuel
Amezcua, párroco de la Virgen de Fátima y licenciado en Historia por la
Universidad Gregoriana de Roma; hombre docto, conocedor de la historia y
el arte de Roma, afable de trato, jocoso y ocurrente, nos ha enseñado
muchos de los grandes edificios de la ciudad eterna, teniendo en cuenta
el carácer religioso del viaje, que culminó con la asistencia a la misa
de la jornada mundial de la familia, presidida por el Santo Padre, el
Papa Francisco, y en la que concelebró nuestro obispo don Ginés.
A la ciudad
de Roma se le deben muchas cosas:
-El derecho
romano
-El concepto
de ciudadanía, compuesto de derechos y deberes.
-El concepto
de equidad.
-El concepto
de centralidad. De ahí la catolicidad de la Iglesia y su existencia
a lo largo de 2000 años, en una línea ininterrumpida de Papas (267
hasta la actualidad).
-La idea
imperial y su carácter universal.
Roma
expresa el poder, la riqueza, la cultura y la influencia universal,
siendo la cumbre de la cultura, de la Fe católica, y uno de los
lugares más importantes del mundo.
Camino de la
ciudad, desde al aeropuerto de Fiumicino, destacan los bosques de pinos de copas circulares, esbeltas y
elegantes, como consecuencia de la
estructura de su madera y de la influencia del viento, que hace que el
tronco no tenga ramas y la vegetación se localice en las copas. Es una
ciudad llena de verdor, con abundantes prados y bosques de pinos,
laureles y encinas, que en el otoño luce una gama cromática
espléndida de ocres y verdes. Los campaniles destacan en el paisaje,
albergando campanas de bronce con mucha plata que permite un sonido
agradable.
Camino de
Santa María la Mayor, hacemos un recorrido por la ciudad, que nos
muestra el carácter monumental de la misma, desde el circo Máximo a
los Foros imperiales, el templo de la Fortuna y el de Vesta, la
escalera del Campidoglio, plaza Venezia, Basílica de san Marcos,
monumento a Victor Manuel, Foro Adriano, avenida Cavour.
De pronto
observamos la Basílica de Santa María la Mayor, con un soberbio
campanile medieval y una extraordinaria fachada barroca.
El templo
está muy vinculado a la Corona española. El techo de la Basílica
se revistió con el primer oro venido de América
El suelo es
de estilo cosmatesco y en el ábside se muestra la Coronación de la
Virgen con 9 coros de ángeles y grandes santos. Detrás de san Francisco aparecen hojas de acanto,
expresión de eternidad para honrar a la Virgen. El ordenante de este
mosaico fue Nicolás IV. Entre las maravillas de la basílica destaca
la capilla del Santísimo, de san Pío V -el Papa de Lepanto-, donde
aparece el accitano don Lope de Figueroa, capilla que no podemos ver,
dada la hora. Bajamos a ver la Confesión de la Fe en el subsuelo del
altar mayor, donde rezamos ante la Virgen. Visitamos la
capilla de Santa María Salus Popolo Romano.
Otro lugar
de la basílica es la escultura de la Virgen con el lema Ave Regina
Pacis, debida a la voluntad de Benedicto XV, el Papa de la IGM, de
estilo modernista. Visitamos también la capilla con la pila del
Bautismo. En el bautismo de los primeros cristianos se utilizaban
pilas con tres escalones, símil de la Trinidad.
Basílica santa María la Mayor. Monumento de Benedicto XV a la Virgen como Reina de la Paz |
Entrada a la ciudad de Roma. Pinares y campaniles |
Basílica de santa María la Mayor de Roma. Nave central |
Techo de la nave central. Basílica de santa María la Mayor de Roma |
Plaza de la Basílica de santa María la Mayor. Columna con La Virgen y el Niño |
Fachada y campanile de la Basílica de santa María la Mayor |
Baptisterio de la Basílica de santa María la Mayor |
El Papa Liberio, tras el milagro de la nieve en agosto, traza los límites de la Basílica |
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